–No dormir lo suficiente: Dormir la cantidad de horas necesarias no sólo es imprescindible para la salud en general, sino también para tener un ánimo y humor más benigno, o incluso para mantenerse en el peso adecuado. Respeta las 7-8 horas de descanso por noche.
–Ignorar las molestias y dolores: Tener dolores en algún punto del cuerpo no siempre es sinónimo de algún problema mayor, pero hay veces que sí puede ser más que un simple dolor provocado por una mala posición, golpe o cansancio, y estar relacionado con algo de mayor importancia. De cualquier modo, es importante registrar si se experimenta un dolor y ver cómo evoluciona para, en caso de ser necesario, concurrir a una consulta médica.
–Pasar por alto la balanza: Hay mujeres obsesionadas con su peso, y otras que, por el contrario, no controlan su peso corporal nunca. Acude a la balanza con cierta regularidad pero sólo como un medio para verificar tu peso y tu salud en general. Y recuerda que ciertas variaciones leves en el peso es algo absolutamente normal.
–Decirle no a los ejercicios de resistencia: Muchas mujeres tienen el prejuicio de que levantar peso es sólo para hombres, pero hacer algo de resistencia puede ser de gran beneficio para fortalecer y mantener en estado los huesos. Con dos veces de entrenamiento de fuerza por semana, estará bien.
–Engañarse con las ensaladas: Si se está a dieta ordenar ensalada puede ser un acierto o un desacierto, siempre depende de los ingredientes que contenga tu plato. Una ensalada puede estar hecha sólo de vegetales frescos y aderezada con limón y algo de aceite o puede contener todo un arsenal de alimentos variados -algunos ricos en calorías- y cucharadas de aderezos hipercalóricos. Por ello, hay que tener cuidado con las ensaladas y no engañarse, siempre opta por vegetales frescos y aderezos bajos en calorías si estás tratando de perder peso.
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